Uno de los postres que más me han gustado en los viajes que he hecho son los pasteles de Belém (pastéis de Belém), originarios de Portugal concretamente en el céntrico barrio de Belém en Lisboa, donde se encuentra la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, y muy cerquita de aquí se haya este lugar emblemático donde hacen estos pastelitos y donde podremos degustarlos en unas magníficas salas decoradas con azulejos en tonos azules y blancos, donde te transportas de época y te embriaga el olor a canela. Es un lugar que os recomiendo, para mí es visita obligada.
También los llaman pastéis de nata, que aunque tengan este nombre no son de nata sino que es una crema pastelera horneada. Está claro que es una receta secreta y parece ser que solo la conocen 3 personas en el mundo, o sea que yo no soy ninguna de las 3 y he buscado la mejor receta haciendo memoria en mi paladar.
Ingredientes (para unas 12 unidades):
- 2 láminas de hojaldre de forma rectangular
- 500 ml de leche fría
- 40 g harina repostería
- Una pizca de sal
- 250 g de azúcar
- 40 g de glucosa
- 75 ml de agua
- 6 yemas de huevo
- 2 claras de huevo
- Azúcar glas
- Canela en polvo
Primero de todo calentar el horno a temperatura 230º
Sacar las láminas de hojaldre y atemperar un poco, seguidamente enrollarlo y después cortar unos 12 rollitos de aproximadamente 6 cm.
Yo he usado un molde para cupcakes que justamente tiene capacidad para 12 unidades y he untado de mantequilla pomada (blandita).
Colocar un rollito de hojaldre de pie en cada cavidad del molde y apretar con nuestros dedos hasta el fondo, cubriendo los laterales del molde afinando la masa y llevar a refrigerar hasta que tengamos el relleno.
En un cazo mezclar la harina con la leche fría, sin dejar de remover con varillas calentar y llevar a ebullición, en este momento habrá espesado y lo retiramos.
En otro recipiente ahora preparar un azúcar a punto de hebra, que consiste en calentar el azúcar, el agua y la glucosa hasta que alcance los 112-115º (para ello necesitamos un termómetro de azúcar, animaros a comprar uno si no lo tenéis porque los hay realmente baratos). Añadir este almíbar al recipiente anterior.
Batir en un bol las 6 yemas y 2 claras con las varillas e incorporar también a nuestro proceso.
Ahora coger otro bol y pasar la crema por un colador para que quede fina.
Sacar nuestro hojaldre del refrigerador y rellenar con la crema preparada.
Hornear durante unos 15-20 minutos o hasta que la crema esté cuajada y con alguna zona tostada, incluso verse un poco quemada.
Al sacar del horno darle un golpe a la bandeja para que se separe del molde y dejar reposar unos 10 minutos.
Desmoldar cuando todavía esté templado, espolvorear con canela y azúcar glas al gusto, y servir de inmediato. Son irresistibles tan crujientes.
Acompañar con un buen café, como un buen portugués.