Esta receta me transporta a mi niñez porque desde entonces lo había probado en escasas ocasiones, y le tengo que agradecer estos recuerdos a mi compañera Nuria que me ha traído los frutos del árbol membrillero que tiene su madre. Es una fruta de otoño y tenemos que aprovechar lo que nos da la tierra en temporada.
Este fruto es muy acido por lo que no se consume en crudo, favorablemente tiene pectina y es ideal para elaborar el típico membrillo y mermeladas por su poder espesante.
Proporción para elaborar membrillo:
- 1 kg (1.000g) de carne de membrillo
- 800 g de azúcar
Cantidades utilizadas reales:
- 7 membrillos con peso aprox. 1.200 g sin cocer
(cocido y limpio 864 g)
- 691 g de azúcar (80% de la cantidad limpia de membrillo)
Lavar y limpiar de pelusa los membrillos (me he ayudado con un estropajo tipo nanas que me ha ido de fábula), los deja super lisitos.
Poner una olla con agua abundante templada y añadir los membrillos.
Llevar a hervir y darles la vuelta de vez en cuando para que queden blandos. Podría durar este paso unos 40-45 minutos.
Dejar enfriar para poder pelarlos y descorazonar, seguidamente trocearlos. Pesar la cantidad de trozos que nos han salido (en mi caso 864 g)
Lavar la misma olla que hemos usado para poder volver a utilizarla y añadir los trozos de membrillo troceados. Con una batidora de mano triturar hasta que quede hecho puré.
Poner la olla a cocer a fuego lento.
A la cantidad de 864 g le calculamos el 80 % (multiplica por 0,8) y tendrás el resultante de cantidad a usar de azúcar, que en esta receta será de 691 g y añadir a la olla con el puré de membrillo.
Debe de cocer destapado y a fuego muy lento. Provéete de una cuchara de madera o lengua de cocina que sea bastante larga porque tendrás que remover cada 5-10 minutos para que no se pegue. ¡Ojo! Porque se formarán volcanes que salpicarán y quema mucho.
Estuvo al fuego alrededor de 1 hora y 20 minutos.
Iréis viendo como va pasando el color del color amarillo, a más anaranjado, hasta obtener el color típico del membrillo, siempre teniendo cuidado que no se queme.
Cuando esté hecho y antes de que enfríe echar en los recipientes que hayamos elegido, en mi caso he aprovechado un molde de silicona que tengo para hacer turrón y una bandeja de las antiguas de hacer hielo que conservo como oro en paño porque me la dio mi madre. Si el molde no es de silicona mejor recubrir con film plástico y echar encima el membrillo y luego nos será muy fácil de desmoldar. Dejar secar el membrillo en su parte superior tapado solo con un trapo limpio.
Estaréis pensando que receta más larga, pero podéis ver que los ingredientes son los que son y después de tener todo el proceso elaborado si hacemos una cantidad grande podemos conservarlo en nevera durante mucho tiempo e ir consumiéndolo poco a poco. El membrillo lo podéis degustar solo, pero con quesos o patés es excelente e incluso con ensaladas.