Uno de los alimentos que nos han colado como saludable y que normalmente está lleno de azúcares refinados, son los cereales del desayuno.
Así que he aprendido a preparar una granola casera: se trata de una combinación de avena, con frutos secos, y semillas, que nos va a saciar y por tanto podremos controlar mejor el peso y que nos ayudará a la digestión. Además contiene múltiples vitaminas y minerales saludables.
Ingredientes para 350 gramos:
- 125 de copos de avena
- 70 g de frutos secos (es este caso nueces, almendras, avellanas)
- 50 g de semillas (pipas de calabaza o girasol, y también de lino y/o de sésamo que en este caso añado trituradas para poder asimilar todas sus propiedades)
- 50 g de miel (o sirope de agave)
- 25 g de aceite de oliva virgen extra (o aceite de coco)
- 25 g de agua
- 1 pellizco de sal
- 1 poquito de canela
- 30 g de pepitas de chocolate negro (ojo, se incorporan una vez frío para que queden enteras)
Precalentamos el horno a 140º
Troceamos los frutos secos y los ponemos en un bol. Añadimos los copos de avena y las semillas y mezclamos.
En un cazo calentamos el agua, con el aceite, la miel, la canela y la sal. Cuando este caliente, añadimos la mezcla de frutos secos, avena y semillas y calentamos un par de minutos más sin dejar de remover.
Ponemos un papel de horno sobre una bandeja de hornear y extendemos la mezcla anterior en ella. Horneamos unos 30 minutos, removiendo cada 5 minutos.
Retiramos del horno y de la bandeja y dejamos enfriar completamente. Una vez frío añadimos las pepitas de chocolate a la mezcla.
Ya veréis que olor más bueno queda en la casa.
La granola la puedes usar añadiéndola a tu leche o zumo habitual. Yo lo hago así: un yogur griego (puedes usar el que te guste más), una pera a trocitos o varias frutas (como fresas, manzana… según la época) y una cucharada de granola.