Nos encanta la quiche, siendo un plato francés en mí casa casi que en cualquier picoteo que preparamos nos comemos algún tipo de quiche y para que os animéis a su preparación os damos la receta para otro relleno.
Primero de todo si queremos una base crujiente, untar de mantequilla el molde que vamos a usar, extender la masa quebrada y le damos forma. Cubrir con un papel de horno (podemos aprovechar el mismo con el que nos venden la masa) y la llenamos de garbanzos secos u otra legumbre seca que pese. Hornear durante 25 minutos a 180º
Ingredientes:
- 1 hoja de masa quebrada (brisa)
- 150 g de calabacín
- 200 g de queso emmental rallado
- 200 g de nata líquida (1 brick)
- 3 huevos
- sal
- pimienta
- nuez moscada
- Queso de cabra en rodajitas
- Aceite de oliva virgen
Cuando tengamos la masa cocida, sacar del horno y reservar en el mismo molde. Retirar la legumbre seca y el papel. La legumbre seca la podemos guardar para otras elaboraciones que tengamos que usar peso o para el próximo quiche.
Picar el calabacín en brunoise y pochar con aceite en sartén. A parte cortar unas rodajitas finas para colocar en la parte de arriba de la quiche. Cuando ya tengamos pochado el calabacín, colocar estas rodajitas encima para que se haga un poco pero sin deshacerse.
Seguidamente en un bol mezclar los huevos, el queso emmental rallado, la nata líquida y añadir el calabacín a excepción de las rodajitas. Salpimentar y añadir una pizca de nuez moscada.
Verter en el molde donde ya tenemos cocida la masa quebrada.
Precalentar el horno a 180º
Cortar unas rodajas de queso de cabra y repartir por encima de la mezcla del quiche, alternando con las rodajitas reservadas de calabacín.
Calentar en el horno aproximadamente 15 minutos o hasta que la tarta salada esté cuajada y un poco dorada.
¡Y a disfrutar!