Desde que estuve en Irlanda me quedé prendada con el sabor de la cerveza negra, además pude visitar su fábrica en Dublín de la que os puedo decir que es una visita indispensable de la capital, donde podréis recorrer sus 7 plantas y con la gratificación de unas vistas espectaculares en el mirador en la planta superior y que cuenta con el Gravity Bar para degustar esta cerveza.
Algunos os preguntaréis, pero si a mí no me gusta la cerveza, pero si te gusta el chocolate verás cómo esta tarta Guinness te va a encantar, es una tarta con un bizcocho húmedo con mucho sabor a chocolate y poco a cerveza, pero si le da un toque espectacular. Después le daremos el toque de gracia a esta tarta y acabaremos simulando la espuma blanca de la pinta de cerveza con un frosting que está de muerte y que combina de manera perfecta.
Ingredientes:
- 250 g. de harina de repostería o harina de trigo normal (sin levadura)
- 75 g. de cacao puro tipo Valor (sin azúcar)
- 400 g. de azúcar
- 3 huevos
- 250 g. de mantequilla sin sal (si puede ser, Irlandesa de la marca Kerrygold)
- 150 g. de nata líquida para montar
- 250 ml. de cerveza negra Guinness
- 1 cucharadita de aroma de vainilla (tipo Vahiné)
- 2 cucharadas y media de postre de bicarbonato sódico
Para el frosting:
- 250 g. de crema de queso (tipo Philadelphia)
- 125 g. de azúcar glass
- 250 g. nata líquida para montar (35,1 % M.G.)
Preparación del bizcocho:
Poner en un recipiente a calentar la cerveza negra Guinness sin que llegue a hervir y cuando esté caliente añadir la mantequilla a trozos y remover hasta que se derrita. Reservar.
En un bol mezclamos bien el cacao, el azúcar, la harina y el bicarbonato.
En otro bol ponemos los huevos, la nata líquida y el aroma de vainilla y mezclamos con un batidor, seguidamente lo añadimos al recipiente que tenemos reservado de cerveza con la mantequilla y removemos hasta que esté bien mezclado.
Ahora podemos añadir la mezcla seca (cacao, azúcar, harina y bicarbonato) y mezclamos enérgicamente para que nos quede la mezcla uniforme y sin grumitos. Es una mezcla bastante ligera, no os asustéis, todo va bien.
Preparar el molde donde haréis el horneado, untado con mantequilla.
El horno estará previamente precalentado a 180º arriba y abajo (sin aire)
Dejar cocer aproximadamente durante 45-50 minutos a media altura del horno. En caso de que veamos que se seca por la parte de arriba tapar con un papel de aluminio y quitar unos minutos antes de acabar para que se acabe de hacer por arriba.
Dejar el bizcocho unos minutos fuera del horno y desmoldar. Debemos dejar enfriar completamente para después añadir el frosting que cubrirá nuestra tarta.
Es una tarta muy negra, recordar que lleva chocolate y cerveza negra.
Preparación del frosting:
Montar los 250 g. de nata de 35,1 % materia grasa con unas varillas eléctricas (es importante que tenga este contenido en materia grasa para que nos ayude a montar y si utilizamos un bol que anteriormente haya estado en nevera muy frio mejor que mejor). Cuando empiece a espesar añadir la “mitad” del azúcar glass y batir hasta que esté totalmente firme.
Por otra parte batir con las varillas eléctricas el queso crema y la otra “mitad” de azúcar hasta que quede una crema suave y bien mezclada, después añadir la nata montada y remover con movimientos envolventes para que no baje el volumen. Reservar en la nevera hasta que acabemos de montar la tarta.
Montaje de la tarta:
Una vez tengamos el bizcocho desmoldado y frio, cortar en dos capas, aplicar el frosting en cada capa y en la parte de arriba simulando la espuma de la pinta de cerveza. Guardar en nevera hasta el momento de consumir.
Esta receta es una adaptación de la que tiene publicada Recetas de rechupete y a su vez de Nigella Lawson
Os aseguro que está buenísima y que vais a repetir.