Churros

Churros

 

Por fin llega la receta de los típicos churros, digo por fin porque me han costado varias pruebas, unos salieron completamente insípidos, otros explotaba la masa y no había manera de que quedarán dorados, ahora creo que esta receta ya es la perfecta y la más parecida a los churros que nos gustan.

Ir buscando hueco para preparar la merienda o un buen desayuno, no se tarda mucho rato en hacer y podéis sorprender a la familia o a vuestros amigos, pero cuidado que igual les gustan tanto que os los piden cada semana.

Para unos 15 churros (para 2-3 personas):

• 110 grms de Harina de fuerza
• 70 ml. de agua (mejor mineral)
• 80 ml de Leche entera
• 1 cucharadita de postre de mantequilla
• 1 cucharadita de café de sal
• ½ cucharadita de postre de levadura (tipo Royal)
• Aceite para freír de girasol
• Azúcar

• 1 Churrera o una manga pastelera con boquilla de estrella.
Poner en un cazo la leche y el agua, junto con la sal y mantequilla hasta que empiece a hervir.
Añadimos de golpe la harina previamente tamizada y removemos con una cuchara de madera
(Sobretodo que la harina sea de fuerza porque absorberá mejor el agua).
Vamos removiendo hasta que veamos que la masa se despega de las paredes, y en este punto probamos la masa que no esté sosa, sino tendremos que añadir algo más de sal.
La masa que os quedará tiene que ser fácil de manejar y que no esté apelmazada, vamos que no esté como un pedrusco, jeje


Dejamos tibiar un poco para no quemarnos pero que no enfríe y lo pasamos a una churrera (yo tengo la de la marca Ibili).
Vamos preparando los churros como más nos apetezca, alargados o tipo lazo, a mi me gustan más estos últimos y los vamos dejando en la mesa de trabajo.


Calentamos el aceite en una sartén, para saber cuándo es el momento de echar nuestros churros primero echamos un poquito de masa, y cuando se ponga de color dorado es el momento para empezar a freír nuestros churros.
A mí me gustan doraditos, pero probar el primero que hagáis no vaya a ser que esté crudo por dentro e ir ajustando para que no esté crudo ni se queme por fuera.
Colocar encima de un papel de cocina para quitar el exceso de aceite y luego servir y espolvorear con azúcar. Acompañar con un buen chocolate caliente.