En mi casa todo lo que suene a Japonés tiene éxito por lo que es imprescindible preparar esta receta de pollo teriyaki japonés, eso sí preparando la salsa casera utilizando productos que podéis encontrar en tiendas especializadas en comida asiática.
La verdad es que podemos encontrar varias maneras de preparar la salsa teriyaki, pero esta es la que me ha parecido más auténtica y además notaréis una real diferencia con la comprada.
El significado de la palabra teriyaki viene de teri refiriéndose al brillo que da la salsa y yaki, que significa asado que puedes ser al horno o parrilla/plancha.
Respecto a los ingredientes os diré que el sake es vino de arroz y el mirin es también vino de arroz pero dulce y con menor graduación alcohólica que el sake.
La salsa de soja la podemos encontrar de diferentes marcas aunque nosotros usamos Kikkoman y ahora en su versión con menos sal que yo particularmente agradezco muchísimo.
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo enteras
- 100 ml. de salsa de soja
- 15 ml. de Sake
- 15 ml. de Mirin
- 15 g. de jengibre
- 80 g. de azúcar moreno
- Harina para rebozar
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- 1 cebolla
Cortar las dos pechugas de pollo en rodajas bastante gruesas, salpimentar y enharinar, seguidamente las freímos por ambos lados en una sartén con aceite de oliva y reservar en caliente.
Pelamos y cortamos la cebolla en juliana no muy fina. Sofreír en sartén con abundante aceite de oliva y sacar del fuego cuando empiece a transparentar, la idea es que quede al dente no pochada.
Pelar el jengibre y rallar. También podéis usar en polvo pero potenciará más el sabor el natural.
En un cazo mezclamos las cantidades indicadas de salsa de soja, el sake, el mirin, el jengibre y el azúcar moreno y llevar a un recipiente al fuego durante unos minutos para que reduzca y caramelice, tampoco dejar que caramelice como un postre o se os quemará.
Servir el plato primero con la cebolla, colocamos el pollo encima y la cantidad de salsa teriyaki que sea de nuestro agrado.